Las formas onduladas y los colores pajizos que dominan el paisaje durante el camino acceso al sendero de La Cota, no revelan la cantidad de agua que posee este paraje.

Ojosa y Sagüera son los nombres de las dos fuentes del camino. Una muestra de la cantidad de regatos y manantiales que salpican el territorio

La primera, fuente Ojosa, es bien conocida en el contorno por la calidad de sus aguas, que hombres y mujeres de la zona describen como “frescas y de buen sabor”.

La combinación agua-vida, esencial en cualquier punto del planeta Tierra, se muestra también en el monte de Villamartín de Don Sancho.

En torno a las fuentes, junto al agua, una flora y fauna perfectamente adaptadas a estos lugares encharcados encuentra su lugar.
Plantas como juncos, algas, berros o el denominado “brezo de turbera”, ofrecen protección y alimento a anfibios como ranas, sapos o tritones. Individuos adultos o sus huevos, bien protegidas bajo la vegetación y oxigenadas gracias a la corriente de agua podrán observarse en una visita cuidadosa y atenta.